LA PAZ INTERIOR
Quiero conservar la paz en el corazón, pero no a costa de la enajenación, la postergación o la indiferencia... Porque es necesario enfrentar los problemas, porque es necesario exteriorizar los sentimientos, porque no hay nada más sano que hablar con cariño de lo que ocurre interiormente.
He aprendido que para crecer es necesario eliminar tres conceptos de la conducta diaria, la rabia, el miedo y el apego. Porque nos paralizan, no nos dejan avanzar o nos degeneran las relaciones personales.
La paz interior se palpa en el silencio, ese silencio que está vacío de rencores y de culpas, que se ha desheccho de temores y que es resultado de un corazón que obra inspirado en el amor.
Pongo mi esperanza en que aprenderás también tú a ser más limpio en tus acciones, a rescatar lo que dejaste abandonado en un adiós, a mirar con fina detención el paso de Dios en tu vida y darle valor a lo que estaba hecho con el corazón...
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